Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

lunes, 14 de abril de 2014

LUNES SANTO CON MARÍA

  ¡Oh Madre dulcísima! para que mi deseo de sufrir no sea vano, ayúdame a ver en todos los sufrimientos cotidianos la Cruz de Jesús y dadme fuerzas para abrazarla amorosamente

Te acompaño en la calle de la Amargura,
Virgen de los Dolores bendita y pura.
¿No ves mi llanto?
¡Yo también, Madre mía, padezco tanto!...

He perdido el sosiego, la paz, la calma;
en un mar de pesares vive mi alma.

Nadie se compadece de mi tormento;
sólo Tú, Virgen mía, ¿ves lo que siento?.

Por eso te suplico que desde el cielo
me prestes amorosa, dulce consuelo;
pues aunque el mundo tiene criaturas buenas,
¡hay tan pocas que entienden!
lo que son penas.

Mi corazón te llama, te necesita,
no lo abandones nunca, Virgen bendita.
Para vivir, tu amparo me es necesario;
quiero seguir tus huellas hasta el Calvario
y allí, cuando a tus plantas llore y me aflija,
piensa que eres mi Madre y yo tu hija...

Se ganan 50 días de indulgencias, cada vez que se diga esta oración ante una imagen de la Virgen de los Dolores

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