Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

martes, 15 de marzo de 2016

MARÍA Y LA PASIÓN

PRELUDIOS DE PASIÓN. LA DESPEDIDA

¡Cómo temblaría de emoción la mano de María al levantarla para bendecir a su Hijo si sabía que con ella le daba licencia para entregarse a los tormentos y a la muerte misma!

La bendición. Y entonces, Jesús pide humildemente de rodillas a su Madre su bendición para ir a padecer. Considera las circunstancias que hacen más penosa la despedida de dos corazones y verás que nunca ha habido semejante a esta. El amor y la unión de corazones era en Jesús y María algo tan extraordinario como no se puede pensar más, pues ¿cómo se arrancarían y despegarían el uno del otro en esta amargura despedida?

Por otra parte, la separación erra para ir a sufrir y a parecer. Y el colmo de su sacrificio fue no solo el aceptar resignada este dolor y quebranto, sino consentir en Él y admitirlo con alegría y satisfacción. Y por eso Jesús pide que muestre su beneplácito dándole su bendición. ¡Cómo temblaría de emoción la mano de María al levantarla para bendecir a su Hijo si sabía que con ella le daba licencia para entregarse a los tormentos y a la muerte misma!



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