Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

miércoles, 11 de mayo de 2016

MES DE MAYO, MES DE MARÍA

El “sí” de María implica a la vez la maternidad y la virginidad, y desea que todo en ella sea para gloria de Dios, y que el Hijo que nacerá de ella sea totalmente don de gracia

Por eso es tan importante aquella única pregunta que María, “turbada grandemente”, dirige al ángel: “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?” (Lc. 1, 34). En su sencillez, María es muy sabia: no duda del poder de Dios, pero quiere entender su voluntad, para adecuarse completamente a esa voluntad. María es superada infinitamente por el Misterio, y sin embargo ocupa perfectamente el lugar que le ha sido asignado en su centro. Su Corazón su mente son plenamente humildes, y, precisamente por su singular humildad, Dios espera el “sí” de esa joven para realizar su designio. Respeta su dignidad y su libertad. El “sí” de María implica a la vez la maternidad y la virginidad, y desea que todo en ella sea para gloria de Dios, y que el Hijo que nacerá de ella sea totalmente don de gracia.

Queridos amigos, la virginidad de María es única e irrepetible; pero su significado espiritual atañe a todo cristiano. En definitiva, está vinculado a la fe: de hecho, quien confía profundamente en el amor de Dios, acoge en sí a Jesús, su vida divina, por la acción del Espíritu Santo.

De las palabras de Benedicto XVI en el rezo del Ángelus,
el día 18 de diciembre de 2011

Propuesta de una flor a la Virgen: Visita al Señor en el Sagrario, y dale gracias por la fidelidad y la perseverancia de tantos sacerdotes.




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