Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

miércoles, 31 de mayo de 2017

PARA FINALIZAR EL MES DE MAYO, MES DE MARÍA

Profesión de Fe Mariana

"La Bienaventurada Virgen María, la Inmaculada, terminada su vida terrena, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo"

Creemos que María, florida siempre con la gloria de la virginidad, fue la Madre del Verbo Encarnado, nuestro Dios y Salvador Jesucristo, la cual, redimida de un modo eminente en previsión de los méritos de su Hijo, fue preservada inmune de toda mancha de pecado original; y que aventaja con mucho a todas las demás criaturas en los dones de la gracia.

Asociada por un estrecho e indisoluble vínculo a los misterios de la Encarnación y Redención, la Bienaventurada Virgen María, la Inmaculada, terminada su vida terrena, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, y, hecha semejante a su Hijo resucitó de entre los muertos, recibió, por anticipado, el destino de todos los justos.

Creemos que la Santísima Madre de Dios, nueva Eva, Madre de la Iglesia, continúa ejerciendo sus oficios maternales en favor de los miembros (místicos) de Cristo, cooperando al nacimiento y al desarrollo de la vida en las almas de los redimidos.

“Profesión de Fe del pueblo de Dios”

Propuesta de una flor a la Virgen: La flor de este último día será tu propia consagración de la Virgen



Madre mía Santísima; en este último día de este mes consagrado a Ti, alcánzame de tu Santísimo Hijo que yo le ame con toda mi capacidad de amar y en nada le ofenda ni obre con remisión. Con fervor o con desolación que yo le ame con toda mi capacidad.

"Curso de Amor"
Fr. Valentín de San José
31 de mayo de 1979



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